Trabajamos exclusivamente con cita previa para brindarte una atención personalizada. Estaremos encantados de escucharte y acompañarte en este proceso, ponte en contacto con nosotros.
La primera cita es la más especial: quiero conoceros, escuchar vuestros gustos e ilusiones, ver fotos que os inspiren y, sobre todo, entender vuestra silueta para pensar qué os puede favorecer más.
Nos conocemos, revisamos tejidos, detalles y formas. Tomo medidas para preparar un presupuesto personalizado.
Pienso en cada novia en particular y envío un boceto del vestido junto con la propuesta económica.
Una vez definido el diseño, comenzamos con las pruebas: cuatro sesiones, una cada mes.
Confeccionamos el vestido en una tela base para hacer modificaciones de escotes, mangas, cortes… Aquí se define con claridad cómo será el diseño final.
Trabajamos ya sobre la tela definitiva y añadimos detalles como puntillas, adornos o complementos (capa, chaqueta, cola desmontable…).
El vestido está casi terminado; revisamos comodidad, movimiento y, si lleváis velo, decidimos el tipo y la longitud para ver el conjunto completo.
El vestido está listo. Ensayamos cómo moveros con él, cómo abrochar cada parte y cómo desmontar los elementos extra. Os damos el velo preparado para la peluquería.
Hacer un vestido a medida no tiene nada que ver con comprar uno ya confeccionado. Se disfruta en cada etapa del proceso: cada prueba es una nueva ilusión, un momento único para compartir con vuestras familias o amigos más íntimos y hacerles partícipes de uno de los instantes más importantes de vuestra vida.